¡Menuda semanita!, vaya movimiento de gente por las mañanas, no he parado de trabajar desde las 10:00 am hasta el mediodía. Ha sido un gran acierto esto de cambiar los horarios.Madrugo todos los días a las 9, pero merece la pena porque tengo por fin las tardes libres para descansar, ir a la playa, leer, pasear, ir de compras, hacer la comida y ver la televisión, lo más parecido a unas vacaciones mentales.

Son trivialidades que todo el mundo experimenta en sus vidas, pero de las que yo carecía desde hace años, como ya te conté en otras ocasiones.

He tenido un gravísimo problema con el ordenador a causa de coger un virus informático, he perdido toda la información guardada en mi portátil desde hacía 2 años.

Todo borrado: mis citas, mis clientes, mi diario, mis fotos, las de mis recuerdos, los originales de mis páginas Web diseñadas por mi durante centenas de horas de madrugada, mis videos, todos los diseños de publicidad que tantos días me llevó crear, todo, absolutamente todo borrado.

No quedó ni un dato, ni un programa, tuve que formatear el disco duro y no tenía ninguna copia, y el ordenador no respondía bajo ningún concepto.

He entendido esto como un aviso del destino: – ¡Formatea tu vida tío!, ¡crea tu nuevo ciclo de recuerdos!… ¡no vivas en el pasado!
Así que me aplico el cuento y trato de llevarlo a la practica, pero me pregunto hasta que punto los recuerdos no son lo único que tenemos en ciertos momentos de ausencias.

Naturalmente que existe nuestro presente y que hay un sinfín de cosas que tienen que ocupar nuestras atenciones actuales, iguales o más importantes que nuestros acontecimientos del pasado, pero vivo con esa sensación de haberlo tenido todo y de haberlo perdido desde hace meses, me he convertido en un nostálgico errante que nada en el espacio y en el tiempo, como una canción que compuesta en el pasado por alguien en un momento especial de su vida, es usada años después por otras personas que no conocieron a su compositor y que la escuchan evocándoles nuevas sensaciones, que no tienen nada que ver con su nacimiento.

Transmito sensaciones que yo no siento, mi texto y mi alma no están donde parece, están lejos. Mientras tú lees esto, yo ya no estoy aquí, cuando me hablan converso, pero no estoy allí, cuando echo las cartas adivino, pero no estoy allí, cuando hago el amor practico el sexo, pero no estoy allí, no consigo estar en el presente, hace ya casi un año.

Puedo estar feliz, de hecho lo estoy, no estoy deprimido, ni siento tristeza en mi interior, pero no estoy feliz por nada, no me importa nada, estoy feliz conmigo mismo sin tener un porque, pero tampoco estoy en esa felicidad, tras esas capas de automatismo o de profunda personalidad no estoy allí. Tampoco estoy allí.

Es difícil de entender, pero es exactamente lo que me pasa.
Hablo de mi mismo con tanta facilidad como si estuviese hablando de otra persona, no me cuesta nada, porque en realidad lo que vivo no lo estoy viviendo, porque ya me he ido antes de que lleguen las cosas que me ocurren, las conozco antes de que pasen y cuando ocurren las padece mi cabeza, mi cuerpo, mi alma, pero yo no estoy allí.

Se supone que el alma, el cuerpo y la mente son 3 partes de un mismo ser, pero en mi caso, pienso que he perdido el cordón de plata que me comunicaba con ellos, se que no soy quien me toco ser. Y que no estoy en él. Solo lo acompaño.