Santi Molezún 2022

Santi MolezÚn

Aramis Fuster

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Hoy he ido al cine a ver la película: «Poseidón», no me ha gustado nada, no me aportó absolutamente nada nuevo, ni en su trama ni en su desarrollo, es una película típica para ver en la televisión a las 16:30 de un triste Sábado aburrido, donde parece que no hay más que silencio en tu vida: Ni la música, ni los actores, ni el guión me dijo nada que no haya visto ya en: «Coloso en llamas», «Llamaradas», «Titanic» u otras muchas. Fuimos porque era un estreno y Dani tenía que hablar de ella mañana en la colaboración que hace en la radio.

La semana pasada fuimos a ver «Superman» y me pasó exactamente lo mismo. No me suelen gustar ni los tostones que le gustan a mi pareja de arte y ensayo francés subtitulado, ni este cine que parece que creado para ganado de niños y adolescentes o típicas familias conservadoras habituales y predecibles de los cines de un Domingo a la tarde, siento estar a años luz de su humor o sentido de entender la vida.

Hablando de humor, ayer escribió un comentario muy negativo, lleno de odio y homofobia en ti querido diario: La famosa Bruja «Aramís Fuster». Esta mujer operada de arriba abajo que dicen tiene un problema porque quiere ser el centro de atención todo el rato y que no es capaz porque en todas partes la tachan de «freaky» o cuenta cuentos.
Si hombre, ¿no te suena?, ella cuenta que es la única bruja y que los demás no existimos. ¿Cómo dijo en un reciente programa de tv…?, no lo recuerdo …que somos…: «bufones temporales».

No digo nada, sin embargo escuché de ella que solo sale en TV siempre montando algún escándalo basado en alguna mentira y concentrada en estrenar vestido y peluca. Que todo hay que decirlo, tiene un gusto exquisito con los modelos que elige y en verdad hacen juego con unos ojos preciosos. La calificaría como una puerta vieja pero bien pintada, de estas personas que maquilladas son arrebatadoras y por las mañanas sin esa «remodelación de fachada» asemejan al «Monstruo del Lago Ness» y perdón al monstruo que no es pretensión de agravio comparativo.

Yo a esta bruja de 800 años, Aramís, la quiero mucho, la considero una persona muy especial con una incultura general magnífica, pese a sus cinco carreras universitarias como ella cuenta que tiene. Me maravilla ver como alguien consigue sobresalir del anonimato de unas vulgares líneas eróticas hasta el formato tv de una cadena generalista y de forma continuada con una mentira nueva cada vez más pintoresca e inverosímil.

Para mí es una amiga, aunque digan que ella es la maestra del engaño y que toda su vida es una farsa, yo la aprecio mucho y se me nota.
Que digan de ella que es falsa no quiere decir que no sea una buena persona, aunque pueda comportarse como una vieja zorra, no implica que las personas no le puedan coger cariño a su atuendo y a ella, es todo un personaje.

No podemos juzgar a nadie por venirme histérica a darme un enorme abrazo y beso en el «back stage» del reality: «El Castillo de las Mentes Prodigiosas», aunque tuvieran que llevársela los de seguridad y productores del programa mientras me chillaba:

­ – ¡Yo a ti no te caigo bien, y no te gusto, pero tú a mi me encantas!!!, una cosa es el show de televisión y otra muy diferente la admiración que yo siento por ti.¡Me encantas!

No vamos a juzgar a una persona que acto seguido de decirme eso me estaba echando a los leones en cada gala mientras duró el programa en Antena.

Ni tampoco vamos a juzgar a una mujer que estuvo tocándome el culo en todo momento mientras me abrazaba. Es normal que lo haya hecho, una mujer de su edad, siente deseos muchas veces arrebatadores por brujos jóvenes y caras nuevas como la mía…

A mi me sienta un poco mal que digan de ella que vive de contar mentiras patéticas, porque no creo que sean nadie para juzgarla, es cosa de ella si sale diciendo barbaridades como puños de si misma por televisión o auto­denominándose lo que le apetece según el color del vestido que lleva, originales siempre por cierto.

Dicen que vive en su casa sola y amargada con su secretaria, pues mira, a lo mejor se quieren muchísimo, como a la otra secretaria que tuvo… cuando Aramis se pasaba el día entero metida en una habitación con una cama, una nevera y un microondas.

Yo me niego a juzgar a una mujer que dicen las malas lenguas que cuando tiene un cliente suyo que le paga una millonada por un supuesto trabajo de magia, manda a su secretaria comprar las velas en un todo a cien y venderlas por un precio desorbitado alegando que estaban preparadas y hechas por ella.

No soy quien para creérmelo. Válgame Dios!

Que está mujer escribe libros!, y tiene cultura, no como los gallegos, que somos todos unos paletos, y no tenemos ni idea de magia.
¡No digo más!, no, no, no lo digo…

Que a esta “tetona enana» (que mide como yo), lo digo en tono cariñoso siempre desde el respeto, es muy especial y la quiero mucho…

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