No he parado de trabajar en toda la semana desde que regresé del voluntariado en Forcarei. Adaptarme a la vida en la ciudad ha sido cuestión de días. Nada más llegar, ya tenía apuntados a mis primeros clientes de septiembre. No he parado.
Sigo trabajando en la web del voluntariado, pero apenas he tenido tiempo para avanzar. Espero terminarla esta semana. Andrés, mi guapísimo compañero del campamento, está diseñando un foro para la web. Yo me encargo del diseño en Flash, y él de la programación en PHP y HTML. Rafa, otro buen amigo del campamento, está organizando su presentación a la Xunta de Galicia para cuando todo esté listo.
Silvan, el chico francés que conocí allí, se ha estado quedando en casa estos días. La próxima semana se va a trabajar en la vendimia y luego regresará a Francia. Lo voy a echar de menos. Hoy lo llevé a la playa nudista a la que suelo ir. Hizo nudismo por primera vez conmigo y estaba emocionado por haberse atrevido, después de que pasara media hora convenciéndolo de que era algo normal y natural. El agua estaba buenísima. Mientras nadaba, la marea subió y empapó todas mis cosas: mochila, móvil, zapatos, toalla…
Ayer lo llevé a Bertamiráns, a comer con mi familia y a conocer el mercadillo que ponen allí todos los sábados. Siempre voy a comprar camisetas bonitas por tres euros; la última vez me llevé doce. Silvan se lo está pasando en grande en Santiago y a mí me encanta. Me río muchísimo con él. Es heterosexual, pero a mí me da muchísimo morbo. Tiene un cuerpo precioso porque hace Capoeira y está todo definido y marcado. Su humor es irónico e inteligente, siempre está bromeando. Creo que algunas de mis actitudes lo escandalizan, pero al mismo tiempo noto que le divierten y que, en el fondo, le encantan.
Hoy también vinieron a la playa Diego y Dani. Diego ha vuelto a trabajar para mí, aunque ya no como asistente. Ahora he contratado a otro chico, Elisardo, el ecuatoriano del que te hablé hace tiempo, pero su labor es sacar a pasear a mis perras. Yo apenas tengo tiempo y ellas necesitan hacer ejercicio. Diego también se quedó en casa durante estas dos semanas para cuidarme a los gatos mientras yo estaba fuera. Mi hogar parece más un hotel o una posada que una casa.
He salido de nuevo en el portal de Internet Corazón Express, y Aramís Fuster sigue escribiendo en mi diario, en mi foro y en cualquier sitio donde pueda publicar gratis. Se ha dedicado a insultarme y a intentar ofenderme. Me ha llamado maricón mil veces y hasta me ha deseado que coja el sida, y luego tiene la desfachatez de salir en televisión diciendo que está a favor del colectivo gay… Es subnormal profunda y unineurónica.
No pienso callarme hasta que cuente todo lo que sé sobre ella y la hunda. No se da cuenta de que no pienso detenerme. Voy a revelar todas sus irregularidades ilegales, y tendrá que enfrentarse a la verdad sobre su insolvencia y sus mentiras. No pienso dejar que se salga con la suya. Estoy harto de su show barato.
Me indigna y me aburre.
Preferiría aguantar una exposición de 200 instalaciones de informalismo abstracto antes que escuchar su egocentrismo paleto, hablando de sí misma y contando su visión paralela de la realidad.