Hoy tuve cita a las 13 del mediodía con mi psicóloga, mi segunda consulta.
Este fin de semana he estado reflexionando en todo aquello que me dijo sobre que nunca se iban a cumplir mis metas y objetivos en la vida, algo que en un principio me sentó fatal. Realmente tiene toda la razón, ya que son objetivos mal planteados como metas, con el tiempo fracasarán, irremediablemente por ley natural.
Me explicaré mejor, ella me hizo una pregunta muy concreta:
– ¿Cuáles son tus objetivos en la vida? ¿cuales son tus metas?…
– Pues no sé, respondí, ver a mis gatos con buena salud, disfrutando de la vida y jugando, a mi madre sana y conseguir un programa de televisión con una colaboración fija muy bien pagada y con contrato . Alegué mirando hacia un punto fijo del suelo.
A lo que ella vaticinó sin dudar:
- Nunca llegarás a cumplir tus metas y tus sueños…
Me sentó francamente mal, consideré que estaba matando una ilusión ley motriz de toda una vida, como si se tratase de un «mantra asesino». Una orden mental programada para estallar en mi cabeza.
Pero estos días lo he estado madurando, y tiene toda la razón, nunca podrán cumplirse mis sueños permanentemente como una meta, ya que en cuanto los consiga, podrán desaparecer igualmente en cuestión de segundos, no son metas perdurables, ¿aunque cuales lo son?, cualquier meta no es eterna.
Todo el mundo sabe que sus seres queridos enfermarán algún día y morirán tarde o temprano. Teniendo en cuenta que la vida máxima que me ha vivido un gato es de 23 años, es de lógica pura pensar que si algunos tienen 12 años, antes o después se morirán, dándome su predecible disgusto de nuevo.
Por esa razón de ser es incumplible mi deseo como algo permanente, puede ser algo temporal pero no una ley motriz de mi salud psicológica o emocional los próximos años, porque irrevocablemente entonces volveré a estar mal muy pronto.
Si mi madre tiene 73 años, y una persona suele vivir hasta los 80 o 90 años, es también fácilmente predecible una orfandad anunciada, mal que me pese.Hoy por hoy vive con buena salud, y pasea todos los días una hora, pero eso cambia en 5 minutos. Teniendo en cuenta la televisión y sus audiencias, planificar un programa y un contrato, no es imposible, pero si francamente difícil, sobre todo en mi profesión. No quizás si fuese conductor de un programa como » Javier Sardá», presentándolo durante años y aún así dependería siempre temporalmente de sus picos de audiencia y sponsors. Incluso «Sardá», con los años, lo usarán como mero colaborador de otros programas de televisión, que presentarán otros más jóvenes.
Así que lo que dijo mi psicóloga es todo completamente correcto, duro de reconocer, pero completamente real y previsible.
Esto hace cambiar mi forma de pensar y afrontar otro posible planteamiento existencial.
Debo cambiar mis metas si las quiero disfrutar más permanentemente. Aunque también se puede vivir sin ellas, viviendo simplemente el presente, día a día. Eso es una opción personal.
Yo recomiendo tenerlas y luchar por ellas como norte de nuestro timón, como pila de nuestro ánimo, pero me he dado cuenta que llevo toda mi vida con unas metas equivocadas, porque no dependen solamente de mi.
Y ahí nace mi desajuste y ansiedad, cuando veo que toda gira bruscamente por el propio destino de cada uno y alguien se muere o enferma desestabilizando la temporal y efímera seguridad hasta ahora vivida durante los últimos 12 años.
Esta Psicóloga es una genia, tiene razón, debo pensar en cambiar mis metas, por algunas un tanto más firmes o duraderas y sobre todo personales, que solo dependan de mi mismo el hecho de conseguirlas.
Yo no creo que mis gatos durarán toda la vida, ni se me pasa por la cabeza, simplemente me duele mucho la realidad. Perder aquello que quiero, que me ha dado en un momento de mi vida armonía es mi propio tendón de Aquiles, mi autentico drama, no debería buscar esa paz fuera de mí, no debería buscarla en quienes me rodean, sino en mi mismo, en el interior de Santi, independientemente a los procesos naturales externos. Bueno, la visita a mi psicóloga va progresando.
Esto es súper importante para entender donde está el punto de error de mis planteamientos y el comienzo de todos mis miedos, que a buen seguro yo también tengo, aunque aparente lo contrario.
La tarde ha sido agotadora, cliente tras cliente, no tuve tiempo ni para descansar 5 minutos. Me moría de sueño cada minuto. Debo descansar más de noche y acostarme antes.
Las perras siguen estrenándose para ser unas señoritas. Y a veces me parece que no van a aprender nunca, por ahora solamente aprendieron a pararse en los pasos de peatones y a no atravesar las calles con coches circulando, que ya es algo.
Vienen conmigo a mi consulta y me esperan junto a la mesa de la sala de espera y a cada persona que entra en la tienda se ponen a ladrar histéricas. Necesitan claramente más semanas de maestría.
Hoy me han traído las cenizas de Gloto. Su incineración duró desde las 8:30 de la mañana hasta las 10:30 de ayer martes, unas dos horas. Que terrible lo pasé pensándolo.
No abulta, ni pesa nada, es un pequeño relicario de niños. Lo he puesto encima del cabecero de mi cama, junto a la foto de mi padre, de las cenizas de Manchis y la foto del padre de Dani. Dormimos con todos nuestros muertos encima de nuestras cabezas literalmente.
A las 21:30 he dado una enorme vuelta por toda la mágica y energética zona vieja de Santiago de Compostela, casi 2 horas de historia pasando por debajo de mis pies, mientras paseaba a Greta y a Mora, acabando en la alameda donde las solté un rato y corrieron una tras la otra llenas de vigor y vida.
Luego de llevarlas a casa, fui a ver una procesión de encapuchados descalzos y 12 niños. Siempre me impresiona ver a todos esas personas vestidas de «Ku Klux Klan» pero con capuchas negras y rojas, con farolillos encendidos y velones de 1 metro de largo, asemejaban la «Santa Compaña» en esta noche de preciosa Luna llena. Ayer también fuimos a ver otra, son impresionantes, parte de la cultura de mi tierra y antepasados, por eso voy, son raíces culturales.
Pero me parece que estas tradiciones que tanto y tanto le gustan a Dani, son completamente tétricas, macabras y con un ligero toque inquisitivo. Ver a Jesús crucificado me sigue pareciendo algo completamente de mal gusto, recordar lo que un ciento de humanos manipulados le hizo «al hijo de Dios», me parece denunciable. No es como se debería de recordar a mi entender a «Cristo», sino más bien habría que recordar sus enseñanzas y consejos, su filosofía anti-teatro religioso y anti-dogmas político religiosos.
Jesús defendía a los necesitados, y luchaba para que todo el mundo abriese sus brazos a todo aquel que eran supuestos «pecadores» o necesitados: leprosos, prostitutas, ladrones, o mendigos, explicaba al pueblo con sus conferencias a pie de caminos, que todos ellos eran iguales que los demás y que la verdadera palabra de Dios era predicar con el ejemplo y no con textos escritos o dogmas envueltos en estatuas y mercados fuera de los templos. Él no creía en figuras y decía que Dios estaba en todas partes, en cada escena de ayuda, misericordia y amor que vivíamos, dentro de nosotros mismos. Explicaba que la mano derecha no se entere de lo que hace la mano izquierda y un sinfín de enseñanzas muy prácticas, que serian hoy por hoy la única forma de no caer en el abismo auto destructivo social en que vivimos.
En cambio estas tradiciones católicas son tétricas, alaban estatuas, muñecos, justo lo que «Jesús» criticaba. Se alaba a la escena de la muerte de Jesús, y su condena por parte de «Herodes» y un pueblo encrespado, se revive y rinde culto a esa escena de la cruz, cuando se está obviando por completo toda su enseñanza. En lugar de rendirle culto al Cristo vivo, se lo rinden a su muerte y resurrección, cuando a mi entender y bajo mi punto de vista no católico, ¡eso es lo menos importante de su vida y misión aquí en la tierra!.
Yo no tengo nada en contra de que se alaben estatuas, siempre y cuando sirvan de sincronía con una entidad que sabes, no está en esa estatua cual símbolo. Pero si estoy en contra de que a Jesús se lo recuerde en esa cruz y con la corona de pinchos en su frente ensangrentado, o llevando esa cruz al monte donde le matarían, creo que deberíamos recordarlo vivo y predicando, no así. Sus estatuas no tendrían que ser dogmas a la violencia y un recuerdo de alguien sufriendo físicamente por la estupidez, el miedo y la incultura humana. Eso es caer en una morbosidad negativa que nos aleja de lo que él predicó o fue y que le da mayor protagonismo al hecho de su matanza, que a sus años de enseñanzas. Además creo que de cara a los niños, les hace ver algo poco aconsejable para su edad. Es culto al morbo.
Yo no quiero recordar a mi padre lleno de tubos por las venas y la nariz, conectado a aquellas máquinas del hospital, quiero recordarlo vivo, como cuando estaba bien. No le saque fotos cuando se estaba muriendo con esos tubos por la boca y mucho menos las pongo en un marco al lado de la cama, sino que pondré una foto bonita de mi padre, para recordarlo, como él era. Pues con Jesús pasa exactamente igual.
Según cuenta «Celsa García Gómez», actualmente la bibliotecaria «do Concello de Santiago de Compostela», gran amante de nuestras tradiciones y dinamizadora activa de la vida cultural de esta ciudad, especialmente en el campo de los más pequeños, nuestro futuro. Nos enseña que la Semana Santa en Santiago arranca en la «Xunqueira de Ambía» con la procesión de el Domingo de Ramos; la gran escenificación de la procesión de Ramos constituida la figura de los discípulos, doce niños que representan los doce apóstoles de Jesús. Esta figura es muy antigua. Ya en los libros de fábrica de la colegiata se menciona, pues era costumbre pagar a los niños el Domingo de Pascua, con una moneda de plata y un pan de trigo en agradecimiento a su aportación a los ritos litúrgicos.
El jueves Santo se procede a la representación del lavatorio de pies de los discípulos, utilizando para ello una jofaina y una jarra de plata sobredorada, perteneciente al tesoro de la Colegiata.
Después de acabar la misa solemne se procede al traslado del santísimo al monumento, mediante una procesión interior.
Las campanas de la colegiata dejarán de sonar hasta el sábado de gloria, y en su canto tocarán las «carracas y matracas».
Acabando este rito arranca la procesión “dos pasos”, compuesta por los siguientes pasos:
»Nazareno», perteneciente a un grupo escultórico denominado “o dos Xudíos” (en la actualidad solo se conserva la talla de el Nazareno, pues los judíos fueron vendidos en la década de los años sesenta a tratantes de obras de arte); talla policromada de Cristo crucificado con la cruz a su espalda: Que lo llevan chicos solteros;
Calvario: talla policromada de Cristo Crucificado,
Virgen y San Juan; Dolorosa: talla de vestir llevada solo por mujeres.
El viernes Santo se compone de las siguientes celebraciones:
«Adoración da Cruz»,
«Desencravo»,
«Procesión do Santo Enterro» «Procesión dos Caladiños».
Después de la adoración de la Cruz, ritual en el que el oficiante va descubriendo la imagen mientras el pueblo canta “Pueblo Mío”, una patética dramatización dialogada entre Dios y el pueblo elegido.
Acabando este acto arranca la representación del «Desencravo»: dos chicos jóvenes que representan los personajes de José de Arimatea y Nicodemos, suben por dos escaleras y siguiendo las indicaciones del sacerdote van quitando la corona de espinas, los clavos y el cartel. Todo ello presidido por la imagen de la Dolorosa, a quien se le presenta al cuerpo de su hijo.
Se presenta después al pueblo y comienza la procesión de el «Santo Entierro», que consta de los siguientes elementos: doce discípulos, grupo de cuatro mujeres que portan los símbolos de la pasión y los cuatro varones que representaron el «Desencravo» y llevan la cruz, a la «Urna del Xacente» y por último la presencia de «La Dolorosa».
Entrada la noche sale la procesión «dos Caladiños» que transcurre en silencio por las calles del pueblo, totalmente a oscuras, solamente iluminadas por las velas y farolillos que portan los presentes en la procesión y significativo a su recorrido, ya que es el mismo que se realiza en el Domingo de Gloria con la «procesión do encontro», simbolizando de una manera plástica el camino de la muerte y la resurrección.
El Domingo de Gloria en la procesión «do encontro» se escenifica el reencuentro de Cristo con su Madre.
Por una calle del pueblo los hombres llevan la imagen de el resucitado con los estigmas de la pasión y por otra van las mujeres con la virgen vestida de luto. Una vez que se encuentran a la virgen le sacan el manto negro, descubriéndose el blanco que lleva debajo.
Después de la misa de gloria se juegan «as olas» en el «adro da igrexa» y se toma chocolate con distintos dulces.
Cuando terminé de ver la procesión, fui a cenar a la «Crepería» de la Plaza da Quintana con mi pareja Dani, que últimamente está muy generoso, ha cobrado y me invita bastante a menudo.
De vuelta a casa he pasado por la vieja farmacia de guardia “do Toural” (de mi tía Carmita Bescansa, hermana de mi padre) para comprar un jarabe y unas pastillas que tengo que darle a «Petra» otra de mis amadas gatas, también se ha puesto enferma antes de ayer y no sabemos muy bien lo que tiene… Aquí me voy a abstener de escribir nada, no voy a hacer comentarios negativos sobre la vida, que estoy seguro podría hacer…, en estas fechas, confiaré en Dios.
Buenas noches Diario, no puedo más.