Hoy ha sido un duro día, me he enterado de la muerte de un amigo, pero no de una muerte súbita, o por enfermedad, no, lo han asesinado.
Le han maniatado con cable las manos a una silla, amordazado, maltratado, apuñalado y lo han matado, después le han quemado prendiéndole fuego a él y a su pareja, que iban a casarse en Septiembre, intentaron quemar los cadáveres con objeto de ocultar pruebas y por poco acabo toda su casa en llamas.
No ha sido por robo y la policía está en búsqueda de pruebas, existe un sospechoso pero nada más de momento.
La vida se ha acabado de una manera exageradamente macabra y violenta para un chico que era una persona de las que vale la pena conocer. Y no lo digo porque este muerto y porque cuando te mueres parece que todo el mundo te quiere y valora más de la cuenta sino porque siempre existió cierta admiración mía hacía él, hacía su persona.
«Isaac Al-Dani Pérez Triviño» vivía en Galicia, en la gran ciudad de Vigo y su novio «Julio», de origen brasileño, con él, al cual yo no conocía, los dos han sido asesinados brutalmente y hoy son noticia tristemente en todos los telediarios y periódicos del país.
Estoy helado, sobrecogido, con muchísima rabia y pena, no tengo más que deseos de saber que coño le ha ocurrido a una persona brillante que nunca haría daño a nadie, alguien que recogía como yo perros y gatos abandonados y los mimaba, que era un genio de la informática, las telecomunicaciones y los aparatos electrónicos, que siempre estaba creando paginas web y portales de éxito en Internet, trabajando en todo lo que podía y más. Preocupado incondicional de su familia y peleador contra la vida empedernido.
Estuvo aquí y allí, fue de una ciudad a otra en búsqueda de un equilibrio que pienso que nunca encontró, cuando por fin parecía que ya estaba en la puerta de su nueva vida, murió en su casa a manos de sabe Dios quien, a las 4 de la madrugada, después de una cena con unos amigos.
Separados por unas habitaciones, cada uno apareció degollado, apuñalado y calcinado.
La vida es a veces una jodida mierda y algunas personas las causantes. Le pido a Dios que se averigüe todo respecto a esta muerte y que se haga justicia.
Durante algún tiempo colaboré con AlDaní en un portal de temática gay que él tenía, gestionaba y diseñaba, allí me ponía un enlace a mi web y un servicio de preguntasrespuestas con los navegantes. Hice el horóscopo para su portal durante creo que uno o dos años.
El fue quien me creo mi primer correo electrónico y quien me inspiro el tener mi propia página web y ser un personaje conocido de internet cómo soy ahora. Desde entonces he aprendido mucho de las redes, de este mundo de la vanidad del ego, cómo me definía la famosa agente literaria: «Carmen Balcells» sobre el mundo virtual de Internet, de aquella yo me encontraba muy verde en todo. Aldaní no se cansaba nunca de explicarme conceptos y darme claves por teléfono para enseñarme. Siempre lo admiré por toda la super cultura que tenía sobre diseño de webs, conocimientos de informática y telecomunicaciones, era quizás una de las personas que conocía con más conocimientos respecto a este tema.
Después perdimos contacto, él se fue a vivir a Madrid y entro a trabajar en una empresa de telecomunicaciones: «ONO», con muy buen sueldo y condiciones.
Recuerdo que me llamó un día por teléfono para ofrecerme un puesto de trabajo en la empresa, donde yo llevaría un departamento esotérico del portal de «Ono». Tendría que trasladarme a Madrid a vivir me comentó, pero merece la pena y pagan muy bien.
Yo me quedé ilusionadísimo con el proyecto del cual hablamos durante 1 hora por teléfono.
Este trabajo no llegó a salir nunca ya que él abandonó antes la empresa y se cambio de ciudad a Vigo desde mayo del 2003, pero siempre le agradeceré muchísimo contar conmigo para algo tan importante.
Poco después de dejar «ONO» me llamo para pedirme si podía hacerme cargo de sus 3 gatos con los que convivía hacía tiempo.
Estaba muy afectado, me contó muchos problemas muy complicados y por x circunstancias no podía llevárselos con él a su nueva vida…, hoy: Mitschu, Bitschi y Lince, así fue como él les llamó a sus «hijos gatunos», están en mi casa y son parte importantísima de mi vida.
Cuídamelos decía, que son muy mimosos. Lince es al que más quiero, llevo con él 3 años. Los otros solo llevan en casa unos meses. Lince es uno de los seres que más quiero, me ha hecho muchísima compañía en los buenos y en los malos momentos.
Los trajo desde Madrid con cara de pena, con sus pelotitas antiestrés en miniatura azules y su edredón preferido del perro Scoofy. Me dijo: No lo he lavado para que les huela a casa.
Cuando fui a buscarlo en coche al aeropuerto me encontré con 3 gatitos negros con manchas blancas preciosos en unos transportines, no cesaban de maullar histéricos por el viaje. De esto ya hace 3 años.
Vino una vez a comer a casa para verlos, hablábamos durante horas, paseábamos por Santiago y finalmente Dani y yo le acompañábamos hasta la estación de trenes, hasta que perdimos contacto, nunca más supe de él, hasta que un buen día me escribió para felicitarme el fin de año. Vivía según me contaba en Vigo, para estar de nuevo cerca de su madre: «Marta», a la cual adoraba.
Tiempo después hablamos por el Messenger el 24 de octubre de 2005, el me dijo que tenía una amiga que quería que atendiese en mi consulta, estuvimos hablando un buen rato hasta las 2:30 de la madrugada. Le conté que había perdido a mi gato Manchis y a mi perra Basi, que estaba muy triste y le conté todo lo que había sufrido con tener que sacrificarlos cuando estaban muriéndose, él se preocupo de todo cuanto le contaba.
Me envió una foto de su nueva familia gatuna y perruna al parecer todos recogidos de la calle abandonados y yo me enfadé mucho, en un momento de la conversación le comuniqué mi molestia y enfado, le dije que no debía de haber cogido más animales nuevos, que antes debería haber venido a por los suyos y que sino podía tenerlos por lo menos debería haber venido a verlos más a menudo a casa o llamarme por teléfono para saber como se encontraban. Le explique que me gustaría que hubiese hecho eso por ellos, no por mí, que no perdiesen el contacto, ya que yo sabía que Lince le quería mucho y que me parecía que no le costaba nada llamar de vez en cuando.
Lince había estado muy agresivo y tan pronto te daba besitos como te atacaba, estuvo así 2 años. Y yo pensaba que tener a Aldaní cerca ayudaría a su adaptación.
No me entendió y me dijo que si quería venía a casa y los recogía, que no quería que fuesen una carga para mí. Yo no estaba diciéndole eso, me enfadé bastante.
Hablamos de ofrecerles una estabilidad para la vida de ellos y de que después de 3 años ellos no iban a salir de mi casa a no ser que fuese para estar mejor de lo que estaban.
Él siempre sin alterar el tono de la conversación me dijo que yo no tenía derecho a juzgar su vida y que no iba a entrar en discusiones, me sorprendió su saber estar en todo momento y su lenguaje pausado y tranquilo.
Me explicó que dejó de venir a verlos simplemente para no hacerles sufrir el alejamiento y no sufrirlo él y para dejarlos adaptarse en su nueva vida. Me dijo que entendió desde el primer momento que iban a estar mejor conmigo que con él y que yo me ofrecí en su día a quedármelos para siempre (esto no había sido así).
Me explicó también que los animales que tenía nuevos, no los recogió él, sino su madre, ya que iban a ser sacrificados.
No nos pusimos de acuerdo con nuestras versiones, aunque los dos queríamos lo mismo, que los 3 gatos estuviesen bien.
Ahora evidentemente les quiero muchísimo y los considero mis pitufos, como a los demás. Es normal que no quiera dárselos a nadie, a no ser que sea para ofrecerles una vida estable mejor que la mía.
Parecíamos una pareja de divorciados discutiendo por la custodia y educación de los hijos. Aunque siempre tuvimos muy buen rollo, en esto no nos poníamos de acuerdo en absoluto. Yo quizás no supe explicarme y él no entendía que yo lo único que quería es que viniese a estar con Lince cuando pudiese, y que se interesase por ellos con naturalidad de vez en cuando.
Finalmente quedó en venir por mi casa a estar con los gatos unas horas, aunque solo fuese una vez cada x meses.
Existían problemas importantes que le estaban sucediendo en su vida en ese momento, me los contó sin entrar en detalles, eran importantes y él era muy discreto.
Estaba preocupado por su destino, yo tenía pensado echarle las cartas y ayudarle en lo que pudiese con mis consejos el día que viniese con su amiga, pero nunca pasó ni me llamó. Yo seguí medio enfadado hasta ahora.
Hoy al llegar a casa fui directo a sus hijos peludos y mientras los acariciaba, le recordé como si estuviese escuchándolo cuando vino a traerlos a su nuevo hogar.
Que rápido se va la vida, que nunca avisa a nadie cuando se acaba, hoy ya sé que nuca más pasará, y tengo una pena grande por ello y más aún por saber como ha muerto, me es muy difícil asimilar todo esto.
Quiero ponerte algo que AlDaní escribió sobre lo que más le gustaba en la vida:
Un paseo frente a la inmensidad del mar; la atenta mirada de un felino y el ronroneo muestra de su bienestar; sentir la respiración de alguien a quien quiero mientras duerme; emocionarme ante la vida y las personas que a su paso me acompañan; la simplicidad y elegancia de Macintosh y el instinto felino y por tanto intuitivo de su sistema operativo; los viernes tras una enriquecedora tarde en una mezquita; ver crecer a mis cinco compañeros de ático… Mitxi, Simba, Mini, Lindo y Linda.
Comida preferida: seafood
Escritor: Irme Kertész
Cine: Mar Adentro
Programa de televisión: Absolutely Fabulous.
Ciudad preferida: Dubai
“pokito a poko entendiendo que no vale la pena andar por andar que es mejor caminá pa ir creciendo”
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Me he ido a la playa hasta las 11 :30 de la noche para descansar la cabeza, y
me he bañado muchísimas veces.
Estoy francamente flipado. La vida y nuestra vulnerabilidad, nuestra fragilidad me deja en extasis, atrapado entre tristeza y miedo.
Te estimo Aldani, te voy echar de menos. No entiendo los caminos del que gobierna nuestras vidas, pero sólo sé que vuestro final no debería ser ese. Me he quedado atrapado en un interrogante, espero me des señales para saber que estás bien en tu nueva realidad. Y espero ayudes a tu madre a superar todo esto, no quiero imaginar su soledad y tristeza ahora.
«Todos somos de Dios y a Él hemos de volver»