Día de arena, primero fui a comer a casa de mi familia y a las 18:00 me fui con Dani a la playa.
Estaba llena de gente, se notaba que era fin de semana. Mucha gente estaba acampada haciendo «camping libre».
Nadé, me tiré en las olas muchas veces y traté de disfrutar de un día que se me hizo largo, aburrido y caluroso. No ceso de pensar en el asesinato de mi amigo Aldaní, no me lo quito de la cabeza, entender porque coño tuvo que pasarle a él.
Estuve leyendo las últimas novedades del caso en «La Voz de Galicia», le dedicaban dos páginas de explicaciones.
Al parecer el motivo del crimen es que hizo lo que yo mismo he hecho mil veces, invitar a un desconocido a casa, invitarle a cenar y dejar que se quedase a dormir, el resto ya lo sabes.
Hoy estuve pensando: Dios mío cuantas veces yo debo haber estado al borde del peligro. He metido a un sin techo argentino un mes y medio en mi casa a vivir sin conocerlo de nada recogiéndolo de la calle donde dormía en el suelo de cajeros automáticos en el congelado invierno, le he dejado dormir y vivir en casa desde el primer día y llegar borracho a las 05:00 am completamente drogado a casa. He acogido a un mejicano que sólo conocía de un campamento al que asistimos Dani y yo frente a los incendios que asolaron Galicia en verano y a penas le conocíamos más que del campamento, se quedó meses en casa. He metido a infinidad de desconocidos en mi hogar. Por ejemplo ahora mismo tengo un asistente nuevo para que me ayuda con las tareas domésticas y los animales, natural de Bolivia, que no sé a veces ni como se llama y que no sé absolutamente nada de su vida, puede ser una estupenda persona como puede ser un asesino encubierto.
Me pongo a pensar por primera vez en todas y cada una de las veces que pude haber estado en peligro y siento mareo, me entra dolor de cabeza solo imaginármelo.
Me doy cuenta de que siempre he vivido al riesgo de todo y que jamás he tenido miedo de nada, pero fíjate lo que ha pasado, le puede ocurrir a cualquiera en cualquier momento. En cualquier instante una persona puede destrozar toda tu vida.
Es impresionante, vivimos en un jodido mundo de locos, hay muchísima gente que está mal de verdad de la cabeza y muchos no lo aparentan. Que vulnerables somos y el destino que tremendo.
Hoy por primera vez en mucho tiempo he cerrado las puertas de mi casa con pestillos, cadenas, candados y cerrojos, he conectado la alarma directa a la policía y me ido con inseguridad a dormir. Esto me está afectando y no me gusta, aunque es normal que crezcan mis miedos, se lo comentaré a mi psicóloga el día que la vuelva a ver.
Me niego a vivir con esta sensación de vulnerabilidad.