19 de Diciembre

Joven de 17 años haciendo un playback con un ventilador moviendo su cabello en una pequeña habitación de estudiante.

No sé qué contarte hoy, diario. Cuando estoy mal, simplemente no me apetece escribir, y ahora mismo no me siento demasiado bien. Mi estado anímico es complejo, fluctúo entre el desinterés absoluto por todo lo que me rodea y una tristeza hermética de la que no sé cómo salir. No sé cuánto durará esta vez esta angustia vital, pero como siempre vuelve cíclicamente, ni siquiera intento combatirla. Solo espero que se marche de una maldita vez.

Mi sensibilidad es completamente selectiva. Hay cosas que me afectan profundamente, mientras que otras me dejan indiferente. Por ejemplo, mi trabajo… No me preocupa en absoluto. A veces me voy una hora antes de cerrar o llego dos horas tarde, y aunque sé que no es lo correcto, me da exactamente igual. Aun así, sigo trabajando con una precisión quirúrgica: cada día soy mejor, mis clientes quedan encantados, y sin embargo… yo no estoy aquí.

Mi página web recibe cientos de visitas al día, mis teléfonos no dejan de sonar y yo sigo en otro plano, en otra galaxia, lejos de esta realidad que todos creen conocer…

Lo único que realmente me llena últimamente es haber descubierto, casi por casualidad, a un auténtico genio en YouTube. Un chico de 16 o 17 años, con una belleza especial, una expresión cautivadora y un talento increíble para hacer playbacks de canciones antiguas en cuatro idiomas. No entiendo cómo un niño tan joven puede conocerlas al dedillo y recrearlas con tanta perfección.

Se graba a sí mismo interpretándolas, cuida cada detalle, mueve el pelo con un ventilador como parte de su puesta en escena… es simplemente perfecto.

Dani lo encontró de casualidad y tanto Sergio como él quedaron tan fascinados como yo. Nos ha devuelto la emoción que creíamos perdida. Después de tantos años haciendo espectáculos de playbacks en nuestros tiempos de Drag, cuando ya estábamos hartos de la rutina, este chico nos ha hecho revivir ese duende que pensábamos enterrado.

Se encierra en su cuarto y disfruta cada segundo de cada canción, la siente más que el propio artista original. Es un genio. Y en particular, hay una interpretación que me hace vibrar el alma: su versión de Invincible de Carola, el éxito de Eurovisión 2006 por Suecia. Para mí, las canciones son la banda sonora de nuestra vida, y esta es la canción con la que elijo cerrar el año.

«Dan», así se llama este joven artista, exhala paz, emana felicidad y transmite una pureza que es imposible no notar. Es todo dulzura, carisma y magia. Y, por qué no decirlo… es maravillosamente libre, maravillosamente él.

Estoy tan fascinado que me dan ganas de hacer camisetas con su cara, fundar su club de fans en España y traerlo aquí para que presente Eurovisión. Este chico es luz, es arte, es inspiración. Verlo me hace feliz. Cada gesto suyo, cada sonrisa, cada vez que arruga la nariz o da un pequeño salto me devuelve una alegría que últimamente creía perdida.

Ojalá los ángeles como él no se desvanecieran tan rápido. Ojalá los momentos mágicos duraran un poco más.

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