Por más que intento escribirte no puedo, siempre hay algo que no me lo permite, tengo que hacer alguna cosa importante o atender a algún cliente. Pero aunque estos días te cuente menos, sigo aquí y aprovecho hoy para hablarte, pronto volveré a escribirte todos los días, pero dame tiempo para arreglar mi volcánica vida.
Esta semana he ido al cine, a ver una película muy bonita del director: «Rob Reiner» que me ha gustado mucho: «Dicen por ahí» con: «Jennifer Aniston», «Kevin Costner», «Shirley MacLaine», como siempre me ha invitado Dani al cine. ¿No sé si alguna vez te conté porque iba tanto al cine?. Dani trabaja entre otras cosas en la radio, como crítico de cine y la cadena le paga 2 entradas semanales, a veces más, según los estrenos que haya, para que pueda ir a verlas y hablar después de ellas en el programa. Yo me beneficio cual parasito amoroso para acompañarle siempre que puedo a disfrutar del 7° arte. Nunca tanto fui al cine en mi vida, como en estos últimos años, no me pierdo un estreno.
Me ha gustado el cine desde siempre, desde muy niño, y en 1990 estudie: Imagen y sonido, sacando sobresaliente, la mejor nota de mi escuela, precisamente con ánimo de hacer cine o televisión, ambas cosas me apasionan.
Ya he hecho un cortometraje de 20 minutos de duración titulado: «En un rincón del alma», basado en la letra de la canción de la maravillosa: «María Dolores Pradera» y «Alberto Cortez».
Mi sueño es ser algún día director de cine. Estoy ya escribiendo desde hace tiempo el que pretendo sea mi intrusión en la gran pantalla, como primer largometraje: «El final de Ilmo», basado en una historia muy bonita de un niño celta llamado Ilmo. Adaptada y rodada íntegramente en paisajes gallegos como «la Curota». Sueño poder algún día filmarla, entre tanto espero a mi mecenas viendo pasar el tiempo y trabajando como brujo mediático de alto Standing para toda la jet set internacional. Dani enriquece mis sueños invitándome cada semana al cine.
Si «Pedro Almodóvar» se fijase en mí y quisiese apoyarme… quien sabe lo que habría de venir.
La televisión es un mundo que también me ha enamorado, pero en cambio no soporto verla como espectador, apenas la miro, a veces pasan semanas en las que ni la enciendo. La programación que existe me parece que esta hecha para personas de un escaso coeficiente o para ignorantes, incultos manejados por intereses económicos y caprichos políticos que financian todas las cadenas para programar e instruir mentes y pensamientos y poder manejarlos a su merced, no me llena absolutamente nada, excepto algún programa que me gusta, relaja, o me hace evadirme a ratos de mis problemas.
Por ejemplo en el nuevo «Canal 4» hay varios, en concreto el de la presentadora y humorista: «Eva H», que es fantástica. Cuando puedo siempre lo miro.
Me gusta como trata a los entrevistados, las preguntas que les hace, el tipo de personas que lleva al plató, me arrastra todo. Se ve que no es programa exclusivamente para atrapar audiencias, sino para aportar al que ve algún nuevo dato sobre la vida o sus personajes interesantes. No deja de ser una forma inteligente de captar insumisos de otras televisiones, pero al menos está bien hecho.
Pero no es todo cultura lo que me gusta, no vayas a pensar, también me encantaba el programa al que fui ya hace años, presentado por el popular «Javier Sardá» en su primera temporada: «Moros y Cristianos», me encantaban las discusiones polémicas sobre los diferentes temas de actualidad que había cada semana. Recuerdo enfurecerme en el sillón y chillarle a la tele como si fuese un futbolero en pleno gol.
Me gusta que te aporten ideas, pensamientos y controversias. Lo que no soporto es los programas tipo «Ana Rosa Quintana», «Diario de Patricia», «A tu lado», etc, que me aburren y me enfurecen, porque insultan mi inteligencia. Me niego a adorar a una serie de indeseables o a ver lo que tiene que decir alguien que no dice «nada». No me interesan, excepto que me paguen para ir yo a discutir in sito, pero como telespectador, no me los trago ni a golpes de pecho.
Cuando me llaman de alguna cadena para entrevistarme o que participe en algún «show televisivo», considero si puede ayudarme profesionalmente o darme publicidad gratuita, o si el dinero que me pagan me satisface, entonces voy. Pero es muy diferente ir allí en persona y ser tú quien este en el plató, que verlo desde el sillón de tu casa, en realidad no tiene nada que ver. Por eso desde hace años, me he convertido en adicto a la televisión de una manera activa que no pasiva. Es difícil verla de otra manera, una vez que la vives desde dentro.
Aún así, es un mundo que me apasiona, llegar a tantos hogares, a tantas vidas sin moverte de una silla, me parece increíblemente interesante, tanto en resultados socioculturales como profesionales.
Cuando me llamaron para participar en «El Castillo de las mentes prodigiosas», nunca imaginé de qué manera me iba a dar a conocer un programa de televisión. Me ha abierto las puertas profesionales por completo y todo gracias a «Gest Music»: Tinet Rubira, y «Eva Tovar». Cómo dice la canción de «Rosendo» les estoy «eternamente agradecido».
Tener manager es importante a la hora de introducirte en este mundo, es una pieza fundamental para crecer y mantenerte dentro de él. Existen multitud de ellos, pero no todos son buenos, y no todos saben venderte. He comprobado en propia carne que el dinero que se trafica en televisión supera con creces cualquiera de mis grandes honorarios. Desde un punto de vista económico, la pequeña pantalla me interesa enormemente. Ganar dinero sin nada más que mostrar tu cara y decir lo que piensas o sabes, ¿qué más se puede pedir?.
Mis consultas esta semana han sido un tanto extrañas, he conocido gente muy peculiar. Entre ellos a dos “sin techo”, a los que por supuesto no les cobré ni un euro. A uno de ellos no falto absolutamente nada para traérmelo a casa, estuve muy a punto de ofrecérselo, dejarle ducharse e invitarlo a cenar, para que no durmiese en la calle hasta que encontrará un empleo, le deparan las estrellas dormir en un cajero automático a 4 grados y me pareció que debía hacer algo. Salí corriendo a buscarlo y decírselo, pero ya no estaba, me quedé triste y preocupado toda la noche.
El martes y el sábado me he preparado un baño de espuma y descarga, lo hice por la Luna Menguante del Martes y la nueva de ayer, especialmente indicada la primera para librarse de todo maleficio, envidias, o energía negativa para uno y la segunda para abrirse nuevos caminos. Me quedé nuevo y resetado por un tiempo.
Mientras levitaba en el agua, sin gravedad, puse músico terapia de ballenas y viaje astralmente al Cielo, de nuevo a casa.