Santi Molezún 2022

Santi MolezÚn

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He tardado 18 días en escribirte, más de dos semanas sin quedarme a solas con tus páginas, me parece que he actuado como uno de esos amantes que después de volar entre tus sabanas, no vuelven a llamar en dos meses y cuando ya te has olvidado de ellos, retumban de nuevo en tu vida con una vibración de tu móvil.

Lo siento diario, solo puedo recompensarte poniéndote al día de las ultimas novedades, una a una, sin excluir detalle.
Te deje hablándote de mis nuevos precios, que había bajado por «petición» o exigencia de muchos clientes, del «inquilino» nuevo que hospedé en casa y de mi angustia vital y crisis existencial….

Retomo entonces desde allí, si te parece.

Mi recogido lleva ya en casa 21 días. Poco ha tardado en demostrarme su verdadera cara y su verdadera situación.
Las secuencias de su vida solo son fruto de sus propias malas decisiones, su falta de ánimo, su falta de voluntad y su derrotismo egoísta y ególatra.

Pese a que hice con toda mi buena voluntad el intento de sacarle de la calle y de su situación ruinosa, estoy dispuesto en breve a dejarlo donde lo encontré.
Me aburre con su cíclico victimista mal basado en nada con cierto resentimiento del pasado. No niego que lo haya pasado mal, lo asumo, pero me parece que olvida que todos tenemos problemas, ¡no sólo él!.

No aprovecha las enseñanzas, ni mi ayuda, y abusa constantemente de mi confianza. Asalta la nevera a cualquier hora sin preguntar. Sale de noche como si de una persona con una situación normal se tratara, parece que ignorara que no está en su casa, a veces me tengo la sensación que piensa que se encuentra de vacaciones en casa de un amigo.

Pese a que le he pedido por activa y por pasiva que no llegue a las 5:00 , 6:00, 7:00 y 8:00 de la mañana porque me despierta y porque tengo que levantarme de la cama para abrirle la puerta, aunque le he avisado que las perras se ponen como locas a ladrar sea la hora que sea cada vez que llaman a la puerta y que molestan a los vecinos si ladran de madrugada cuando él llega, obvia absolutamente todo y sigue saliendo y llegando a la hora que le viene en gana, completamente «morado».

Entra en casa y se va directo a la cocina, donde se prepara una cena. Utiliza más el microondas que yo mismo.

Le he incitado, pedido, ayudado y convencido de que debe encontrar un empleo para empezar a salir de su situación. Le he comprado el periódico y dejado llamar desde mi teléfono de casa a todos cuantos anuncios proponen un futuro laboral y ¡ha encontrado por fin un trabajo!, de comercial de una empresa, donde le ofrecen un sueldo fijo de 600 euros más comisiones.

Durante 4 días se ha levantado a las 9:30 am para estar allí a las 10:00 am y ha acudido a las enseñanzas de sus jefes, para ejercer más adelante su función de comercial. Me puse muy contento, aunque poco duro.

Al 3° día ya salió de marcha toda la madrugada hasta las 9:00 am y ya se quedó en horizontal toda la mañana ¡en lugar de ir a trabajar!.
Con la disculpa de que retomaba el trabajo por la tarde o que ya había arreglado todo con su jefa, durmió a pierna suelta dos días seguidos, en los cuales explotó la noche Santiaguesa al gusto.

Hace poco me ha dicho que no podía seguir en este sitio, porque le exigen coche… y que cuando se han enterado que él no tiene vehículo. Le han echado…

Desde entonces no ha vuelto a encontrar otra oportunidad de empleo, pero tampoco la ha buscado desesperadamente, es más, diría que ni se ha molestado.

Viendo su actitud pasiva frente a la vida, y armándome de paciencia y buen rollo, le he vuelto a animar a encontrar otro empleo, él me ha dicho que sí, que ya lo esta haciendo, y yo sin embargo… no lo veo.
Mi filosofía solidaría se empezó hace días a extinguir. Y mi altruismo está resonando cómo una ironía en mi cabeza.

Mientras tanto, desayuna en mi casa, come en mi casa y cena en mi casa, al margen de comer y cenar en los sitios de caridad después (en la cocina económica un comedor de unas monjitas para las personas necesitadas o sin hogar), va a allí como si no hubiese comido nada en todo el día… después de vaciar mi nevera.

Me pide pequeñas cantidades de dinero repetidamente cada dos por tres.

Le he comprado un móvil por cuenta propia, para que esté localizable para cualquier trabajo al que vaya a entrevistarse, se lo he regalado con una oferta de 37 euros de saldo, y ya le he tenido que recargar con otros 10 porque lo tenía agotado en menos de 2 semanas…

Los 10 euros ya casi los tenía gastados al finalizar la misma tarde que se los recargué. Según él, “permitió llamar a sus amigos”.

Definitivamente vive por encima de su situación real y obviamente se aprovecha de la comodidad que le estoy prestando.

Se debe de pensar que soy un santo y que cederé en todo cuanto haga. No se da cuenta de que está preparando su propio viaje a dormir de nuevo en el cajero automático donde decía dormir y que no me va a quedar ningún tipo de remordimiento por ello.

Hace 3 días, por mi insistencia, se ha puesto de nuevo a llamar a todos los anuncios de trabajo que hemos visto en el periódico, anuncios breves señalados por mí con bolígrafo, candidatos a darle una nueva oportunidad de vida.

A las entrevistas que ha acudido, en todas le han pedido currículum, pero él no tiene. En vez de prepararlo, no lo hace, aunque le he ofrecido personalmente ayudarle a crearlo.

Mientras tanto le he dejado mi pijama, mis calcetines,mis calzoncillos, y una estupenda cazadora de cuero negra, a la cual le tengo un especial cariño, ya que me «sentaba» genial. Digo sentaba entre comillas, ya que la ha destrozado por completo, la ha arrugado, dado de si y roto en menos de 4 días. Yo sólo se la había dejado para una de las entrevistas de trabajo, una situación especial, que requería que fuese a mi parecer bien vestido, él no dudo en seguir usándola sin mi permiso, e irse a Madrid con ella por un asunto legal que tenía pendiente de resolver con urgencia.

Me pidió dinero para irse ya que no tenía, y le di 50 euros para comprar el billete de autobús que costaba 37, no me devolvió nunca la vuelta, ni tan siquiera me planteo si podía quedársela, lo dio por hecho. Mi importa un carajo ese dinero, pero es el detalle lo que me duele, no soy ningún tonto, sólo quiero ayudarle, pero es cómo si él se aprovechase de esto todo el tiempo.

Me pidió mi gorra preferida para ir a comprar el billete, ya que decía que tenía mal el pelo…, se la dejé para dicho recado, y se la tuve que ir a quitar 7 días después, que aún la llevaba puesta y ni se planteaba devolvérmela. Entré en su habitación cuando no estaba y la cogí junto a mi cazadora destrozada debajo de un kilo de ropa revuelta encima de su cama.
Me ha echado en cara que le he mandado a arreglar una de sus cazadoras y me he gastado en la tintorería y en la costurera 70 euros, dice que él hubiese preferido ese dinero para él… y que le parece muy caro ese arreglo… Yo lo hice pensando en que le hará falta una prenda en buen estado, propia, para ir a trabajar con mejor aspecto y menos frío.

Le he prestado 3 paraguas, y los 3 paraguas el mismo día que se los he dejado lo ha perdido, se lo han robado, o se le ha roto…
Le dejo llamar varias veces a Argentina a través de un teléfono especial con numeración «902» que salé muy barato, para comunicarse con su madre y que pudiese hablar con su familia, me parece lógico que quiera hacerlo. Pero ahora me lo pide con habitualidad y el último día estuvo una hora hablando por teléfono.

Se ducha más de 40 minutos, se hace sándwiches a la vuelta de salir de marcha y lo acompaña con 2 cafés y sigue acumulando puntos de partida, que en breve le canjearé por una patada en el culo.
Estoy francamente hasta las narices, o espabila o se va a la puta calle, así de simple y así de claro lo digo.

Se lo he dicho ayer de muy buenas maneras, le he dicho absolutamente todo lo que me sienta mal de él, haber si hay algún cambio… soy el primero en querer ayudarle y lo estoy demostrando, pero no consiento que me tomen el pelo e insulten a mi inteligencia, ni él ni nadie.

Como tiene unos graves problemas legales, estoy hablando todos los días con una amiga experta en derecho y en leyes, que es muy influyente en su medio, para que le ayude, y ella esta haciendo lo imposible por una persona a quien no conoce de nada… ¿Qué más quiere que haga por él?,¿le masturbo mientras se toma uno de sus muchos zumos de naranja diarios?

Ayer me ha dicho que ha empezado a trabajar en una cafetería, fregando platos, que sólo es por dos días, y que le pagarán 50 euros al día. Sonrío, y me pregunto… ¿habrá cambiado con lo que le dije?, pronto lo sabré.

Por lo demás mi situación laboral esta en pleno auge con la bajada de precios, he abierto un despacho en Madrid, y contratado allá a una secretaria, para trabajar en la capital.
Me vendrá de perlas centralizarme en una ciudad grande, donde ya dispongo de muchísimos clientes. El 21 de Marzo ha empezado la preciosa primavera: “Oestarra”y he efectuado un ritual para celebrar el solsticio.

Estoy deprimido todavía, no he mejorado de estado anímico, y se me avecina un drama en breve, lo cual me hace estar aún más en alerta roja. Mi gata «Gloto» está enferma, no sé que es lo que tiene, a ver si puedo llevarla mañana al veterinario, pero me temo lo peor. «Gloto» ya tuvo este año que ser operada de un tumor maligno en las mamas, y se le extirpo toda la cadena mamaria y los ovarios, para evitar otro en el futuro. Estaba bien hasta ahora, que esta todo el día acostada, no come, no hace más que dormir, y no se mueve, esta como inmóvil, como deshidratada como si le doliese todo el cuerpo. «Gloto» está muy mal, y me temo que tendré pronto que enfrentarme a otro gran disgusto. También la adoro y lleva conmigo 11 años, solo pensarlo me pongo malo.

Estoy preparando el terreno, tomo unas pastillas contra la ansiedad que compré en un herbolario y mañana tengo vez con el psiquiatra a las 12:30. Voy a que me dé un volante para poder ir al psicólogo a que me haga psicoterapia, por medio del carísimo seguro médico nuevo de «Sanitas Mundi»en el que me metí hace poco.

Necesito que alguien me haga psicoanálisis y me ayude a estar mejor, difícil… pero que lo intente.
Yo ya pido papas, no aguanto más a la vida.

Fui a la boda de «Raúl», uno de mis mejores amigos de toda la vida, al que amo con locura, se casaba con «Zemilton» un chico negro muy mono, es majo, brasileño, y se dedica a lo mismo que yo, es brujo y vidente, pero de la rama del candombe, de la umbanda. Fue una boda preciosa, me encantó, fue muy sincera y «Paris», otra gran amiga, se encargó de decir un discurso homenaje hacía ellos y el matrimonio precioso, me emocione como un idiota. Cuando tiraron el ramo de novios, fue directo a mi cabeza, miraba con horror al ramo mientras se abalanzaba a cámara lenta hacia mi cara, no sabía hacia donde tirarme para esquivarlo, menos mal que alguien lo cogió al vuelo, a tiempo de evitar caerme encima.

¡Uf!, ¡todo había salido bien!, había un salvador que cogió por mi la maldición de caer en matrimonio, un buen amigo que había evitado que me cayese encima con el consiguiente vaticinio de tener que ser yo el siguiente en casarme….

El problema se agrando de pronto cuando girando mi cabeza con una sonrisa de oreja a oreja conocí a mi salvador: era Dani, mi novio.
Entendí la ironía del destino, y mientras el chillaba:
­- ¡Me caso!, ¡me caso!

Me quedé completamente petrificado, mudo…

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